En lo alto de un mirador, el viento chocaba fuertemente contra dos seres, escondidos por una gran columna blanca. Ambos abrazados como si se les fuera la vida en ello, mirándose y recordando una noche anterior que nunca olvidarían. Noche de primeros besos, de primeras caricias.
Sus manos entrecruzadas juguetearon hasta que el sol quedo oculto en el cielo…
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