Te sientes viva, emocionada, definitivamente muy alegre… Llevas varios días impaciente, ansiosa…
-¿Sabes? Noto la felicidad en tu cara
-He estado viendo a mi familia, amigos, mi tierra…incluso el olor a humedad que tiene el ambiente… lo añoraba, de veras.
-Sé qué esperas a que llegue ese día y aun sigas aquí.
Después de toda la tarde viendo la ilusión en la cara de miles de niños, llega la noche, y con ella tu nerviosismo crece…
Te acuestas con un cosquilleo en la barriga, con algo de misterio, te cuesta dormir, no paras de dar vueltas entre las sábanas pensando ¿qué encontrarás mañana? Cuando eras más pequeña te daba miedo levantarte en mitad de la noche por si encontrabas un inquilino en casa… ahora que eres mayor simplemente no te levantas porque deseas que llegue la mañana.
Y por fin llega, eres la primera en despertar, haces que se levante toda tu familia…
Y juntos al abrir el salón... os lo encontráis inundado de regalos.
¡Y es que las noches de reyes son mágicas!
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