martes, 26 de enero de 2010

Una lucha continua

Aquella habitación de luz tenue estaba dividida por una cortina de un rojo transparente. Era bastante pequeña, casi asfixiante, las paredes no estaban pintadas, parecía sucia.

Se sentía cautiva, por más que tiraba de aquella gran tela nunca podía llegar a la otra parte, y sabía que él estaba allí esperándola. Y quizás aquella otra parte del habitáculo no estuviera tan deteriorado como ésta, como en definitiva ella esperaba.

Cada día que pasaba se sentía más frustrada, y aún hoy sigue en la misma habitación intentándolo.

-¿No se da por vencida?

-No, aun no.

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